José Manuel López Nicolás, investigador de la Universidad de Murcia, participó también en el debate en el que se dejó claro que “un científico honesto nunca se va a dejar presionar por los lobbys para modificar sus resultados y sus análisis a cambio de dinero, pero es verdad que las publicidades abrumadoras llegan a los clientes, como en la industria de la cosmética que utiliza lo que siempre han usado pero le cambian la forma de divulgarlo. Las grandes inversiones en publicidad hacen que un cliente se decida por una marca y no por otra”.
Universidad de Murcia's insight:
Bernardo Herradón, del instituto de Química Orgánica General (CSIC) demostró la vinculación entre la ciencia y la cocina porque “todo lo que comemos procede de un ser vivo y comemos para obtener los nutrientes para llevar a cabo las funciones vitales”.
Los alimentos que ingerimos son buenos o malos según las modas mediáticas en la que nos encontremos inmersos “pero los investigadores alimentarios son los encargados de analizarlos según las normas regulatorias”, apuntó Bernardo Herradón. Continuó desgranando las técnicas que utiliza la nueva cocina científica, poniendo el ejemplo de la mano de Ferrán Adriá o de Santi Santamaría, “técnicas como la criogenización, calefacción, trabajo a presión reducida, o liofilización, muy habituales y algunas no demasiado deseables pero sí muy vistosas”. Todos procesos físicos y químicos que tratan de romper células de los productos que se introducen en la mezcla. La cocina científica tiene sentido porque “comemos por los cinco sentidos”.
La gastronomía molecular persigue varios objetivos, entre ellos –matizó el químico del CSIC- explorar si las percepciones culinarias son falsas o verdaderas “y la función social de que la gente pierda el miedo a la química”, además de renovar el concepto de cocina.
‘Experiencias extremas en la cocina’
‘Experiencias extremas en la cocina’ fue otro de los temas que introdujo Daniel Torregrosa, químico y divulgador. “Nada es veneno y todo es veneno, todo depende de la dosis que un ser humano puede asumir” fue la principal conclusión. “Hay setas muy venenosas pero en muy pequeñas cantidades se pueden consumir, incluso algunas reaccionan al mezclarlas con alcohol”. La ingestión de animales vivos o el exceso de picante también puede suponer una intoxicación o incluso la muerte. José Manuel López Nicolás, investigador de la Universidad de Murcia, participó también en el debate en el que se dejó claro que “un científico honesto nunca se va a dejar presionar por los lobbys para modificar sus resultados y sus análisis a cambio de dinero, pero es verdad que las publicidades abrumadoras llegan a los clientes, como en la industria de la cosmética que utiliza lo que siempre han usado pero le cambian la forma de divulgarlo. Las grandes inversiones en publicidad hacen que un cliente se decida por una marca y no por otra”.
Con un índice de obesidad infantil de un 19 por ciento en España, “no falta información pero sí educación de cómo alimentar a los más jóvenes”, sentenciaron los expertos.